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La cocina es, sin duda, uno de los espacios más importantes de cualquier hogar. No solo es el lugar donde preparamos alimentos, sino también un punto de encuentro, conversación y convivencia. Por eso, la iluminación en la cocina va mucho más allá de un tema estético: influye directamente en la funcionalidad, la seguridad y la experiencia diaria de quienes la habitan.

¿Por qué es clave la iluminación en una cocina?

1. Seguridad y precisión:
La cocina requiere tareas que demandan atención y precisión: cortar, cocinar, manipular objetos calientes o filosos. Una correcta iluminación evita accidentes y facilita el trabajo, eliminando sombras y zonas oscuras.

2. Zonas diferenciadas, luz adecuada:
Una cocina eficiente tiene varias áreas —zona de trabajo, zona de almacenamiento, barra o comedor— y cada una requiere un tipo de iluminación distinta:

Luz general: Debe ser homogénea, sin reflejos molestos.

Luz puntual o task lighting: Sobre encimeras y áreas de preparación.

Luz ambiental: Puede ser decorativa, cálida y regulable, para crear atmósferas agradables cuando no se está cocinando.

3. Estética y diseño:
Una iluminación bien pensada realza materiales, texturas y colores. Puede convertir una cocina sencilla en un espacio elegante y acogedor, además de reforzar el concepto arquitectónico general de la vivienda.

4. Ahorro energético y tecnología:
El uso de luminarias LED, sensores de movimiento o sistemas de regulación permiten un consumo más eficiente y sostenible, sin perder calidad lumínica.